domingo, 30 de marzo de 2014

ROSWELL: ¿LA CONEXION SECRETA?








 


En el año 1995 el interés mediático sobre el incidente Roswell alcanzó cotas nunca antes vistas a nivel mundial. Los fantásticos rumores aseguraban que un productor de televisión británico, había comprado una sensacional película de 16 Mm. donde se podía ver, con total claridad, la autopsia realizada a un humanoide extraterrestre, capturado en el año 1947 en el desierto de Nuevo México. La supuesta película había sido grabada por el ejército estadounidense y durante varias décadas había permanecido en total secreto. Sin embargo, un cúmulo de casualidades permitieron que el preciado material cinematográfico, un total de 20 rollos de película, de 3 minutos de duración cada uno, cayera "accidentalmente" en manos de Ray Santilli, un productor especializado en videos musicales, mientras buscaba imágenes inéditas de Elvis Presley. A través de una ingeniosa campaña de promoción, basada sobre todo en el secretismo, Santilli consiguió crear una espectacular expectación generalizada por ver las imágenes. En el mes de marzo de 1995, se organizó en la república de San Marino un pase privado de algunas fotografías de la autopsia, para un nutrido grupo de ufólogos y periodistas entre los que se encontraban el investigador y escritor español Javier Sierra.
Bajo unas estrictas medidas de seguridad, para impedir cualquier tipo de filtración sobre el contenido de las películas, los invitados a ésta "premiere" observaron algunas fotografías de la famosa autopsia... 


Sin duda el supuesto documental sobre la autopsia de un extraterrestre atrajo la atención mundial hacia el caso Roswell . Un fraude elaborado con fines comerciales, que según algunos investigadores pudo ser reutilizado, por algunos servicios secretos, como una gigantesca campaña de desinformación sobre el fenómeno OVNI.





La nota de prensa divulgada en marzo de ese año ofrecía algunos datos sobre el contenido de la filmación: "Una película ultrasecreta tomada hace casi 50 años por militares americanos y que muestra un "extraterrestre muerto" será proyectada este verano en Gran Bretaña durante una reunión internacional de apasionados por los OVNIs (...) el filme fue tomado en 1947 en el estado de Nuevo México por miembros de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, después de que un disco volante cayera a tierra. Un ex cámara militar americano, ahora de 82 años, habría hecho una copia de la película y la habría vendido después a Santilli (...) en el filme de 90 minutos se ven algunos científicos mientras practican la autopsia a una "criatura" que parece un extraterrestre (...) el filme ya ha sido examinado por la Kodak, que ha confirmado que tiene 50 años de antigüedad."
Pese a todo, después de un revuelo informativo sin precedentes relacionado con una noticia sobre OVNIs, pronto se demostró que el asunto era un elaborado fraude con fines comerciales. Se estima en varios cientos de millones de dólares las ganancias obtenidas por Santilli con este montaje...
Como era lógico este hecho provocó una tremenda decepción entre los investigadores, y el interés general sobre el caso Roswell volvió a estancarse de manera irremediable. Pero quizás el mayor daño producido por esta gigantesca tomadura de pelo, recayó en la opinión pública internacional, que de nuevo veía que una información relacionada con los platillos volantes quedaba en nada... en un simple engaño...
Pero, 19 años después de este episodio, de nuevo hay rumores de la existencia de una prueba irrefutable que demostraría que el gobierno estadounidense recuperó varios cuerpos alienígenas en el desierto de Nuevo México...






UNA NUEVA PRUEBA
Desde hace algunos años, varios investigadores norteamericanos especializados en el accidente de Roswell, han aunado esfuerzos para buscar evidencias definitivas del polémico incidente. Pese a que han seguido apareciendo, a cuenta gotas, testigos sobre los supuestos acontecimientos ocurridos en el desierto de Nuevo México, era necesario un intento conjunto, para intentar, de una vez por todas, la ansiada prueba que demostrara la realidad de uno de los eventos OVNIs más célebres y controvertidos de todos los tiempos. Bajo el nombre de "Dream Team", Kevin Randle, Anthony Bragalia, Chris Rutkowski, Don Schmitt, Tom Carey y David Rudiak se unieron para colaborar en un proyecto común, que parece haber dado sus frutos en los últimos meses de 2012...
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El investigador Kevin Randle, junto a algunos colegas norteamericanos, han podido ver, en exclusiva, unas supuestas reveladoras fotografías sobre el incidente Roswell...




Una persona se puso en contacto con algunos integrantes del "Dream Team" para mostrarles una/s diapositiva/s donde se observan los cuerpos sin vida de unos presuntos humanoides extraterrestres. Según las pocas informaciones que han trascendido, las fotografías fueron obtenidas por un geólogo en la década de los cuarenta, permaneciendo largas décadas ocultas en un cajón, hasta que recientemente de forma accidental fueron descubiertas durante una mudanza. La esposa del geólogo mantuvo la evidencia de Roswell escondida incluso tras la muerte de su marido, pero no ha sido hasta el fallecimiento de ésta última, en 2012, cuando las pruebas emergieron de forma inesperada. Los ufólogos del "Dream Team" han podido ver las imágenes después de firmar una cláusula de confidencialidad (aunque ellos lo niegan) que les impide hablar del contenido exacto de las mismas. Al parecer, estas medidas serían debidas al interés del actual propietario de las imagenes por mantener en secreto el asunto, a la espera de que algunas cadenas de televisión compren el material en exclusiva.
Pero lo más desconcertante de esta nueva presunta prueba, es la historia que acompaña a las instantáneas...
Si bien, en 1994 nadie conocía al famoso Jack Barnett, al ficticio camarógrafo octogenario que decía poseer la película de la autopsia, en el presente caso la información adjunta al material facilitado a los investigadores parece encajar perfectamente en el contexto general de la historia conocida sobre el accidente de Roswell. En la trama divulgada del supuesto OVNI estrellado en el desierto de Nuevo México, algunos investigadores mencionaron, casi desde los inicios, la presencia de un grupo de "arqueólogos" que encontraron de forma casual el platillo volante siniestrado, antes, mientras o después de que los militares llegaran a la zona. El famoso ufólogo Stanton Friedman entrevistó al matrimonio Maltais en 1978, que le narraron como un amigo suyo, Grady Barnett, que trabajaba para el U.S. Soil Conservation Servive se encontró, en una fecha indeterminada en los cuarenta, con los restos de un extraño accidente aéreo. En el libro "El Incidente" (1981) de Charles Berlitz y William Moore se recogía el testimonio de la pareja ya que Barnett había fallecido en 1969: "una mañana me encontraba realizando un trabajo cerca de Magdalena (Nuevo México) cuando una luz que se reflejaba en una especie de objeto metálico me dio en los ojos. Pensé que un avión debía haberse estrellado (...) Cuando llegué, me percaté que no se trataba de un avión, sino de alguna clase de objeto metálico, con forma de disco y con una longitud de unos 10 metros. Mientras lo miraba y trataba de decidir de qué se trataba, llegaron mas personas procedentes de otra dirección, que también escudriñaban por los alrededores. Me dijeron mas tarde que formaban parte de un equipo de investigación arqueológica de una universidad del Este (la de Pensilvania) (...) Me di cuenta que contemplaban unos cadáveres en el suelo. Creo que había otros en la máquina (...) parecía hecho de un metal parecido al acero inoxidable, aunque mas oscuro (...) Traté de acercarme para ver como eran los cuerpos. Estaban todos muertos (...) se parecían a los humanos, pero no lo eran. Tenían cabezas redondas, los ojos pequeños, y carecían de cabellos. Los ojos estaban separados de una forma muy rara. Eran pequeños para nuestras medidas y sus cabezas más grandes, en proporción a sus cuerpos, que las nuestras (...) Mientras seguíamos observándolo todo, un oficial del ejército descendió de un camión con conductor y se hizo cargo de la situación. Nos dijo a todos que el ejercito se incautaba de aquello y que debíamos márchanos de allí. Nos ordenaron que abandonásemos el área y que hablásemos a nadie de lo que acabábamos de ver... que era un deber patriótico silenciar lo ocurrido".

Grady Barnett según relató el matrimonio Maltais, se encontró con los restos de una extraña aeronave en el desierto, mientras llegaban a la zona un grupo de arqueólogos.


La poca información facilitada por el "Dream Team" parece coincidir con estos testimonios, ya que indican que un grupo de geólogos se topó con el platillo siniestrado y uno de ellos, a pesar de haber sido advertido, junto con sus colegas, por los militares para no obtener ningún tipo de evidencias del lugar del accidente, realizó a escondidas algunas fotos de lo que el grupo había encontrado en mitad del desierto. Posteriormente, como se supone que ocurrió con la mayoría de los testigos vinculados al accidente de Roswell, los geólogos fueron presionados por los militares para que no hablaran de lo que habían visto. Al parecer la valiosa prueba permaneció durante décadas en el domicilio del geólogo hasta que de una forma casual aparecieron en 2012, 65 años después de que fuera tomada. Los primeros estudios realizados a las fotografías son prometedores. Los análisis indican que son antiguas y de los años 40...
Pero lo más curioso y desconcertante de todo este asunto, según comenta Rich Reynolds autor del blog "The UFOIconoclast", es que estas nuevas informaciones, podrían estar relacionadas con un polémico libro publicado en 1950 y prácticamente olvidado hoy día…
 





ROSWELL: LA CONEXION SCULLY

En 1950, el periodista Frank Scully, editó la obra "Behind the Flying Saucer" donde relataba, por primera vez en un obra dedicada a los OVNIs, la posibilidad de que el gobierno estadounidense hubiera recuperado un platillo volante siniestrado. Como era de esperar la publicación del libro provocó una fuerte conmoción a nivel internacional. En las páginas de su obra, Scully informaba que el 8 de marzo de 1950, en la Universidad de Denver, un misterioso conferenciante reveló ante un reducido auditorio que el ejército americano había recuperado en total hermetismo 3 platillos volantes siniestrados. Junto a los discos, que estaban fabricados de un metal completamente desconocido en nuestro planeta, también se habían hallado, los cuerpos sin vida, de hasta "34 seres humanos de talla pequeña". Posteriormente, Scully consiguió obtener mas información sobre estos incidentes por mediación de Silas Newton, un rico empresario petrolífero y un misterioso confidente denominado como "Dr. G." ó "Dr. Gee", un supuesto científico que había colaborado con el gobierno en las operaciones secretas de recuperación de los platillos volantes. Así, Frank Scully conoció que en el año 1948 uno de estos discos se había estrellado en el desierto de Aztec, y que se habían recuperado hasta "16 cadáveres". Por su parte el ejercito norteamericano había decido no revelar públicamente su descubrimiento para no provocar el pánico entre sus conciudadanos.

El libro del periodista Frank Scully fue despreciado por las nuevas generaciones de investigadores, al considerarlo tremendamente sensacionalista y repleto de falsedades...








"El Dr. G... trabajaba todavía al servicio del Gobierno estadounidense, hallándose encargado de contestar las consultas oficiales sobre cuestiones técnicas de su especialidad -informaba Scully en su libro. Se hallaba en Denver, cuando en una conferencia telefónica sus superiores le dieron orden de trasladarse a Nuevo México, a unas 3 horas de Denver. En un coche oficial llegó a dicho punto, encontrándose allí un platillo volante aparentemente intacto (...) el artefacto había sido detectado por dos "tenescopios" (telescopios) que le habían seguido en su vuelo e indicado con bastante aproximación el lugar de su aterrizaje. Una o dos horas después de haberse posado sobre la tierra, unos pilotos militares de la base de Durango (Colorado) despegaban con el encargo de localizar el misterioso objeto. Lo encontraron en un lugar difícilmente accesible, en las alturas rocas al este de Aztec (Nuevo México). En seguida llegaron otros aviones avisados por radio y dejaron caer unos paracaidistas para vigilar el artefacto". El Dr. G., junto a varios científicos observaron el disco durante 10 días hasta que comprobaron que no era peligroso acercarse a él: "Llegamos a la conclusión de que el misterioso aparato era inofensivo. Nada parecía indicar que en su interior hubiese seres humanos. Por lo pronto, el aparato no contaba, a primera vista, con puerta alguna, la única abertura visible era una especie de lucerna (ventana). Creíamos que era de cristal, pero mas tarde comprobamos que estaba hecha de una sustancia transparente a base de una materia distinta. La lucerna estaba rota y mediante una barra de acero agrandamos la abertura a fin de poder miar al interior. Con gran estupefacción descubrimos dentro del misterioso aparato 16 cadáveres de extraños seres cuya estatura oscilaba de los 0´90 centímetros al metro... Eran completamente semejantes al hombre salvo la estatura y el color de su piel, un poco mas oscura. Sus rostros tenían un tinte moreno, y excepto los cabellos, carecían de vello en el resto del cuerpo. Sus dentaduras eran perfectas. "Los ocupantes iban vestidos con una especie de túnica fina azul sin adornos ni distinciones de grado alguno".

¿Pudo ser Frank Scully víctima de una conspiración gubernamental para ocultar la verdad sobre el accidente de Roswell?... o  por el contrario,  ¿tal y como creen la mayoría de los  investigadores fue objeto de un enorme montaje por parte de dos estafadores?...



Curiosamente Stanton Friedman, en noviembre de 1990, pudo entrevistar después de muchas negociaciones a F. B. fotógrafo de la Fuerza Aérea que cumplía funciones en la estación naval aeronáutica de Anascotia, que fue requerido a comienzos de julio de 1947 para que realizara un peculiar trabajo en Roswell. En el interior de una tienda de campaña pudo ver los cuerpos de unos extraños seres a los que se les ordenó fotografiar: "Nos movíamos en circulo. Tomando fotos. Me parecía que los cuerpos eran idénticos: oscuros, delgados, con una cabeza demasiado grande."
Otro de los informantes de Scully, el empresario Silas Newton le dijo que "él había visto el interior de un platillo volante, y me describió cada detalle del interior del mismo con tal objetividad y precisión, como si se tratase de su propia casa. Al hablar de ello no daba la impresión de estar asombrado ni de violar ningún secreto (...) unos días más tarde, me enseñó personalmente ciertas piezas que procedían del ingenio interplanetario, que habían quedado en su poder, y entre otras cosas recuerdo un receptor de radio del tamaño de una caja de cerillas, que no tenía antena ni ningún alambre eléctrico".
Los supuestos ocupantes del OVNI estrellado en Aztec...




 Al poco tiempo de que el libro fuese publicado, y antes de que sus repercusiones fueran imparables, sus dos principales informantes Silas Newton y Leo Gebauer, el misterioso Dr. G. se vieron envueltos en polémicas judiciales por varias estafas relacionadas con sus actividades mineras. Newton y Gebauer, eran viejos conocido del FBI, y fueron acusados de diversos fraudes para conseguir inversores para sus proyectos geológicos. Ambos afirmaban sin tapujos que habían construido un "detector" para encontrar depósitos de petróleo y gas natural. Debido a este inesperado acontecimiento el libro de Frank Scully cayó en un rápido descrédito, acusado por varios medios de comunicación de reflejar las fantasías de dos redomados estafadores. Por tanto, en plena vorágine editorial de libros sobre platillos volantes en los Estados Unidos, la obra de Scully fue despreciada y olvidada con enorme celeridad engullida por el fantasma del engaño... hasta ahora...



 
EL OVNI DE AZTEC
A raíz del descubrimiento de las nuevas pruebas por parte del "Dream Team", Rich Reynolds ha dado a conocer unas mas que sospechosas vinculaciones que podían dar un giro inesperado al incidente de Roswell si llegaran a confirmarse.
Al parecer el geólogo, cuya esposa había guardado las fotografías de los cuerpos alienígenas con tanto celo, fue un íntimo amigo de trabajo de Silas Newton. Esta posible relación abre un interesante abanico de posibilidades. Rich Reynolds, tal y como confirmó al autor del presente reportaje, esta plenamente convencido, que Silas Newton y Leo Gebauer, engañaron deliberadamente a Scully, aunque no se sabe hasta que punto dirigidos o manipulados por los servicios secretos estadounidenses, para que no siguiera la pista ofrecida por el conferenciante de Denver, presumiblemente uno de los geólogos que encontraron de forma casual el disco en el desierto de Roswell. De esta forma, cambiaron el lugar del accidente y la fecha, ubicando el supuesto incidente en Aztec y en el año 1948.


Silas Newton controvertido empresario que se vió envuelto en una trama de estafas y engaños que acabaron por dinamitar la información contenida en el libro de Scully.
El misterioso Dr.Gee resultó según todos los indicios un estafador redomado como su amigo Silas Newton





Como relata Reynolds en su blog: "la historia de Aztec comenzó supuestamente, en una conferencia a cargo de un científico "no identificado" en la Universidad de Denver, en marzo de 1950, Frank Scully estuvo al tanto de los detalles del accidente de Roswell, a través de Silas Newton y Leo Gebauer que habían obtenido información sobre el incidente a través de contactos con gente que trabajaban con el gobierno en empresas petroleras y exploraciones similares. Scully, en un principio, no conocía la ubicación del supuesto accidente del platillo, pero recibió la ubicación de Silas Newton que a su vez, le informó el doctor Gee (Leo Gebauer) de que el platillo estaba cerca de Aztec".          Según deduce Reynolds las autoridades norteamericanas al tener conocimiento que se había producido una importante filtración de información sobre el OVNI de Roswell, decidió emplear técnicas de desinformación para engañar a Scully, y que cuando éste hiciera pública su historia nadie le tomara en serio. El primer objetivo de esta campaña estaría claro. Hacer creer a Scully que el accidente tuvo lugar en Aztec en 1948, y no citar jamás el desierto de Roswell, ni el año 1947. El gobierno dispuso de Gebauer y Newton, aunque desconociendo el grado de implicación de ambos, para corromper la información que ya conocía Scully. No hay que olvidar, tal y como indica Javier Sierra en su libro "Roswell Secreto de Estado" (1995), el enorme esfuerzo de las autoridades para ocultar cualquier tipo de dato sobre lo que recuperaron en el desierto: "la operación de silenciamiento del caso Roswell fue tan efectiva que casi consiguieron erradicar de la memoria histórica la existencia del accidente en el rancho Foster".
Tras publicarse el libro de Frank Scully, el gobierno movió sus hilos para desprestigiar la información vertida en sus páginas. Newton y Gebauer fueron declarados culpables de fraude, en un juicio no del todo claro, y la historia de Scully fue tomada como un "cuento" de ciencia ficción creado por dos estafadores. 

Bocetos de Silas Newton sobre el supuesto OVNI estrellado en Aztec...






Además, para restar mayor credibilidad a los episodios narrados por Scully se dijo que la historia del OVNI de Aztec, en sus orígenes, fue una simple y burda broma del periodista local, George Bowra publicada en el diario "Aztec Independent Review" en 1948, antes de que se editara el polémico libro. Sin embargo, Rich Reynolds y el autor del reportaje preguntaron al investigador Frank Warren sobre esta cuestión, y este indicó que: "Estoy bastante seguro de que existe el artículo (y la búsqueda aún está en curso) según lo declarado por el hijo, sin embargo, dado el hecho de que no se publicó antes del evento, esto anula la idea de que dio origen a la historia de Aztec". Por tanto, las investigaciones de Warren demostraban, al menos en esta ocasión, que existía una intencionalidad clara de ridiculizar el texto de Scully inventado o tergiversando algunos datos...
¿Pero a tenor de estas nuevas informaciones y deducciones ofrecidas por Reynolds podemos hacer una nueva interpretación de los acontecimientos?. Pese a que en los últimos años, son varios los investigadores que han reivindicado el denostado libro de Frank Scully, asegurando que realmente un platillo volador se estrelló en el desierto de Aztec en 1948 (véase el libro "UFO Crash at Aztec" de William Steinman y Wendelle Stevens. 1986). Rich Reynolds por el contrario esta convencido, no sin poca controversia entre sus colegas norteamericanos, que Roswell y Aztec corresponden a un mismo incidente, y que probablemente Silas Newton conocía algunos detalles vagos del caso Roswell a través de su contacto y amistad con el geólogo, que quizás incluso le mostró las imágenes obtenidas a escondidas de la USAF. ¿Arriesgada hipótesis?...

Sólo la presentación pública de las nuevas evidencias, así como una detallada documentación de las mismas podrán sacarnos de dudas. Pero el temor de un nuevo engaño, como el perpetrado en el año 1994 ha logrado frenar, por el momento, una nueva expectación como las generadas en aquellas fechas...

 

 

 

 


 
JOSE ANTONIO CARAV@CA  
 
 

 

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